jueves, 14 de julio de 2016

PERSONAS QUE NO PUEDEN CONTROLAR SU IRA


Si te enojás fácilmente, si tu enojo te desborda, y por sobre todo, si estás leyendo esto, y te reconocés como una de esas personas que no consiguen controlar su ira, entonces tal vez te resulte beneficioso que aprendas a reconocer las señales que suelen aparecer antes que ese impulso te desborde.
El cuerpo SIEMPRE avisa. Sólo tenés que saber escucharlo. De este modo, podrás anticiparte a ese impulso que te hace caer en situaciones violentas, que ponen en riesgo a tu entorno y seguramente a vos mismo.
Estas señales suelen ser: sudoración, calor intenso, temblores, pensamiento rumiante o idea fija, palpitaciones, etc. Pueden darse juntos, o de forma aislada. Es muy importante reconocerlos porque te ayudarán a anticiparte.
“Si podés anticiparte a tu ira posiblemente puedas controlarla”.
La finalidad de este informe es dejarte un aporte para que puedas hacerlo:
1- Tomá distancia: Un “tiempo afuera” podría ayudarte. Alejate del momento del conflicto; para que quede claro “te vas”… si te quedás ahí, la violencia se hará una bola de nieve que irá creciendo y que te resultará difícil de parar. Pero si te alejás, podrás calmarte, y volver cuando haya pasado. Ya tendrás oportunidad de aclarar las cosas en otro momento.
2- Quitá la atención de lo que te está enojando (para ello, buscá cuál es el recurso más adecuado para vos, el que mejor te ayude a lograrlo). Podrías probar con el control de tu respiración: P. Ej. acostado, respirá profundo y exhalá lentamente. O mejor aún: sentado, con tu espalda erguida, con tus manos tomando tu cuerpo a la altura de las costillas, respirá cortito, con la boca puesta en pico, lentamente, tantas veces como sea necesario, hasta que sientas que no entra más aire en tus pulmones y luego, también muy lentamente, exhalá del mismo modo. Repetilo tantas veces como te resulte necesario. Cuando te sientas más sereno podrás volver.
3- Encontrá entre las cosas que te dan placer (música, caminata, etc) aquella que te permita separarte del conflicto.
4- Pedí ayuda
Nunca olvides el punto 4, porque SALIR SE PUEDE.

Stella Maris Riera - Psicoanalista UBA 


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