Si te enojás fácilmente, si tu enojo te
desborda, y por sobre todo, si estás leyendo esto, y te reconocés como una de
esas personas que no consiguen controlar su ira, entonces tal vez te resulte
beneficioso que aprendas a reconocer las señales que suelen aparecer antes que
ese impulso te desborde.
El cuerpo SIEMPRE avisa. Sólo tenés que
saber escucharlo. De este modo, podrás anticiparte a ese impulso que te hace
caer en situaciones violentas, que ponen en riesgo a tu entorno y seguramente a
vos mismo.
Estas señales suelen ser: sudoración,
calor intenso, temblores, pensamiento rumiante o idea fija, palpitaciones, etc.
Pueden darse juntos, o de forma aislada. Es muy importante reconocerlos porque
te ayudarán a anticiparte.
“Si podés anticiparte a tu ira posiblemente
puedas controlarla”.
La finalidad de este informe es dejarte
un aporte para que puedas hacerlo:
1- Tomá distancia: Un “tiempo afuera”
podría ayudarte. Alejate del momento del conflicto; para que quede claro “te
vas”… si te quedás ahí, la violencia se hará una bola de nieve que irá
creciendo y que te resultará difícil de parar. Pero si te alejás, podrás
calmarte, y volver cuando haya pasado. Ya tendrás oportunidad de aclarar las
cosas en otro momento.
2- Quitá la atención de lo que te está
enojando (para ello, buscá cuál es el recurso más adecuado para vos, el que
mejor te ayude a lograrlo). Podrías probar con el control de tu respiración: P.
Ej. acostado, respirá profundo y exhalá lentamente. O mejor aún: sentado, con
tu espalda erguida, con tus manos tomando tu cuerpo a la altura de las
costillas, respirá cortito, con la boca puesta en pico, lentamente, tantas
veces como sea necesario, hasta que sientas que no entra más aire en tus
pulmones y luego, también muy lentamente, exhalá del mismo modo. Repetilo
tantas veces como te resulte necesario. Cuando te sientas más sereno podrás
volver.
3- Encontrá entre las cosas que te dan
placer (música, caminata, etc) aquella que te permita separarte del conflicto.
4- Pedí ayuda
Nunca olvides el punto 4, porque SALIR
SE PUEDE.
Stella Maris Riera - Psicoanalista UBA
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