martes, 13 de diciembre de 2016

Cascada de Gemas



Terminada mi "cascada de gemas"
Con un cuento de regalo.

Viejo y deprimido, el espejo, permanecía en un rincon, arrumbado. Un día, una piedrita de color cayó cerca suyo, se reflejó en el y dicen los que saben que su soledad era tan profunda, que la piedra la sintió...  en un grito vidrioso llamó a sus compañeras. Vinieron una, dos, tres, y muchas más. El viejo espejo, triste, como siempre, ni siquiera lo noto. Hasta que a la mañana siguiente las luces se encendieron. Y se vio. Reflejado en los ojos del otro que también lo miraba, se vio. Y entonces, casi sin notarlo, rio rio y rio.... 

Buen Martes para Todos!!!
Brillemos como el renovado espejo
Es mi mejor deseo
Stella LaLic (devenida en artesana) 😂😋

sábado, 10 de diciembre de 2016

Mosaicoslalic / @tallerdestella

Porque Sublimar es Sanar...
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viernes, 9 de diciembre de 2016

Amor en tres pasos


      
I- La Seducción

Debo reconocerlo: me sedujo.
Al principio, astuta, solo rozó mis pies.
Recorrió mis dedos, lentamente, uno a uno.
Se acercó y serena me dejó confiar.
Luego, impetuosa, trepó hasta mis rodillas
Fue tan cálida, que le permití avanzar.
Para cuando me dí cuenta, rodeaba mi cintura
Abrazaba mi cuerpo. Me besó.
Mojó mi boca, ardió en mis ojos, penetró mis oídos.
Me arrolló.
Debo reconocerlo: me sedujo
Aunque al principio, sólo rozó mis pies.

II- Conociéndonos

Me pregunto que siente, si siente
Que calla, si calla. Que esconde, si esconde.
La veo venir.
Ahora es un inmenso rulo. Se desliza, llega.
Transformada en lengua, lame cuerpos calientes.
Moja risas. Abre surcos. Se entromete.
La veo marcharse.
Ahora es una larga planicie. Retrocede. Se va.
Me pregunto que siente.

III- La Despedida

Viene y se va, viene y se va.
Su vida es movimiento.
Y se, aún cuando se muestra serena,
Muy dentro de ella su pasión se agita.
Desde lejos la observo.
Mi mirada la perturba.
Su transparencia, verde azulina,
Avergonzada, se sonroja.
A ratos, se calienta.
Como para ignorarme, se estira.
Se hace larga.
Bajo el sol, relaja su impulso.
Mas su esencia la domeña.
Su rutina la reclama.
Viene y se va.
Es ella, la ola.


Elegidos, sin reloj ni zapatos




En la villa, justo en el límite entre el mar y la playa, habitan seres sin tiempo.  Confiados, las entradas de sus casas permanecen abiertas (bellas arcadas de junco y vegetal). Sin embargo, sólo a unos pocos se les hacen visibles. Muchos se pierden la oportunidad de conocerlos (su conciencia adulta no se los permite), pero hay otros, apenas algunos, tal vez elegidos, que tiran su reloj, su apuro y sus zapatos, y se quedan con ellos, de cara al sol, felices para siempre.