Creemos que el amor
incondicional es el mejor, el más elevado, altruista, generoso.
Sin embargo, "no todo lo que reluce es oro".
Como sabrás, en todo vínculo existen o
deberían existir acuerdos o pactos. Pactos que a veces serán concientes, a veces inconcientes,
algunos estarán silenciados otros se pondrán en palabras. Estos acuerdos ayudan a la comunicación y el entendimiento.
Cuando un vínculo, cualquiera sea,
está atravesado por la incondicionalidad, vayamos con cuidado, estamos frente a
una relación enferma.
Tal vez estés preguntándote: ¿por
qué tendría que estar mal ser incondicional para el ser amado? Si lo querés
tanto que darle todo resulta poco, y complacerlo, y verlo sonreír, forma parte
de los mejores momentos.
Entiendo que esta vez no hay que
buscar demasiado para encontrar una respuesta.
En los vínculos amorosos, como en
cualquier otro vínculo, deben existir límites, y no ser incodicional es
comenzar a ponerlos. De lo contrario, si así no fuera,
todo vale, y ¿sabés? cuando todo vale, se corren muchos riesgos que lamentablemente
suelen dejar marcas. Algunas en el cuerpo, otras en la psiquis. Eso, siempre y
cuando tengas tiempo de notarlo, y esa incondicionalidad no te lleve a
la muerte.
Si estás atravesando por una
relación donde sentís que das todo, y más, donde para ser feliz, tenés que
conformar al otro en cada reclamo, o donde el hostigamiento, o el abuso, o el
sometimiento estén siendo parte de tu vida, correte de ese lugar, poné límites,
y si con eso no alcanza, retirate.
Si solo no podés, pedí ayuda.
Stella Maris Riera - Psicoanalista UBA
lic.smriera@yahoo.com.ar
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