Los seres humanos al nacer advienen a un primer grupo de pertenencia: la familia (1). Es en él donde se espera se satisfagan las necesidades básicas, además de crecer, adquirir hábitos, costumbres y rasgos específicos. Esto no es al azar sino que son los padres los que a través de la contención, el sostén y la palabra, los irán determinando en el desarrollo, y la maduración. Por supuesto que existen otros factores determinantes como lo son los propiamente individuales, singulares en cada sujeto.
Ahora bien. ¿Qué sucede cuando un miembro del grupo se enferma?
Pensemos juntos en esta pregunta.
En una primera instancia habrá que ver de qué tipo de enfermedad estamos hablando, del tratamiento que requiere, de la duración del mismo, de las posibilidades o no de recuperación. Es decir: hay una primera variable a tener en cuenta a la hora de intentar responder la pregunta del inicio que es ¿cómo puedo ayudar? y tiene que ver con la información.
*Para ello es básica la comprensión de la enfermedad.
*Y por sobre todo la comprensión del Sujeto.
*Ver al Ser Sufriente que detrás de esa enfermedad se oculta, a la vez que se muestra.
En relación a ésto el apoyo de la familia se torna un factor privilegiado. Y si de miedos estamos hablando, mucho más.
En el Ataque de Pánico, a diferencia de las fobias (3), el Sujeto siente miedo a todo. Volverse loco o morir suelen ser pensamientos comunes, continuos, que se vuelven tortuosos(2). En él se produce el famoso “miedo al miedo”. El sujeto se encuentra en una actitud de alerta expectante donde prima el temor a que la crisis se vuelva a repetir.
La enfermedad trae cambios en las rutinas, y esos cambios pueden limitar al sujeto en sus actividades diarias.
Con ellas, las relaciones familiares se ven alteradas.
Por eso, insisto, el punto uno para ayudar, es comprender, y para hacerlo es necesaria la información.
Es importante saber que los miedos que el sujeto siente suelen ser irracionales, no tienen una coherencia lógica entre lo que le dice su percepción y la realidad misma.
Resulta fundamental tenerlo en cuenta a la hora de acompañar a esta persona.
Perdón que insista en ello, pero es que si esto no queda claro, va a ser difícil que puedas ayudar.
De nada vale que te enojes intentando hacerle comprender razones. Tenés que saber que no es obstinado, ni quiere contradecirte, sólo le pasa que su pensamiento se ha vuelto rumiante y puede pensar en éso y sólo éso. Aunque razone junto a vos, su sentimiento seguirá siendo el mismo. Deberá pasar mucha agua bajo el puente para que estas sensaciones que hoy tiene, comiencen a ceder. Por eso, si querés ayudarlo, tolerancia y paciencia tendrán que acompañarte a partir de ahora.
Otra cosa para recordar es que se van a producir recaídas. Eso no significa que el sujeto no esté mejorando. Seguramente lo esté haciendo, pero el camino que lo llevará a superarse de ningún modo es lineal. Habrá avances y retrocesos. Y es esperable que así sea, porque será justamente en esos retrocesos donde tendrá la oportunidad de reevaluar situaciones, historias familiares, posibles traumas, y al reevaluar también reevaluarse, y viendo hacia atrás, verá lo antiguo, lo deficitario, pero también lo positivo y será con todo eso que inicie su propio camino para una nueva construcción de su identidad.
Mientras esto ocurra, no olvides que tu hermano, tu pareja, tu hijo, o quien sea ese familiar que esté atravesando por esta situación, reitero, no olvides que está sufriendo. No olvides que su esfuerzo por cambiar es grande y que cada recaída para él, representa un fracaso y a la vez, una nueva posibilidad.
Si querés en el momento de crisis podés realizar con él una respiración guiada, ayudalo inspirando y exhalando el aire juntos, mostrale que hacerlo no es ridículo, ni tiene por qué avergonzarlo, porque sólo es un recurso más para salir de ese momento; contale que ponga su atención en esa respiración. Vos mismo vas a ver que al principio va a ser anhelosa, pero poco a poco se irá tornando cada vez más calma. Y vos habrás sido parte de ella.
Mirá… en esos momentos no hay muchas cosas más que puedas hacer, pero sí una y para mí, la más importante: ACOMPAÑALO.
Hacele sentir que estás ahí, a su lado, sosteniéndolo. Ya sea que necesite llorar, temblar, hablar, o tal vez permanecer en silencio.
Transformate en mi auxiliar, en su aliado, alentalo, sé su soporte, dale comprensión; eso lo alentará a seguir adelante, a conseguir nuevos logros, y a volver a confiar en su entorno pero fundamentalmente en sí mismo.
(1) “La familia: primer grupo de pertenencia en el que el cachorro humano adviene y en el que se lo recibe en un baño de lenguaje. En un primer enfoque, la familia aparece como un grupo natural de individuos unidos por una doble relación biológica: la generación (…) y las condiciones del ambiente, que postulan el desarrollo de los jóvenes y que mantienen al grupo, siempre que los adultos progenitores aseguren su función (…) la familia desempeña un papel primordial en la transmisión de la cultura (…) predomina en la educación inicial, la represión de los instintos, la adquisición de la lengua a la que justamente se designa como materna. De ese modo gobierna los procesos fundamentales del desarrollo psíquico (…) y en un marco más amplio, transmite estructuras de conducta (…) De ese modo, instaura una continuidad psíquica entre las generaciones cuya causalidad es de orden mental.” Jacques Lacan – Pág. 13, 14, 15, y 16 de La Familia – Editorial Argonauta – Biblioteca de Psicoanálisis
(2) Estos pensamientos generalmente no vienen solos también se registran síntomas a nivel somático: ahogos, sudoración, mareos, taquicardia, palpitaciones, sensación de cosquilleo en alguna parte del cuerpo y una intensa angustia.
(3) En las fobias, el miedo se centra en un objeto. Existen fobias a los lugares abiertos (agorafobia), a los espacios cerrados (claustrofobia), fobias sociales (temor a la exposición, al ridículo), y otras como fobias a animales; a modo de ejemplo la "aracnofobia" es una de ellas entre otras. Se podría decir que en las fobias existe un miedo específico mientras que en el conocido como "ataque de pánico" lo que se da es “miedo al miedo”; es decir el sujeto teme volver a repetir la crisis. Sin embargo quien las padece evita aquellas situaciones que considera peligrosas aunque en realidad pudieran no serlo.
Stella Maris Riera, Argentina, Psicoanalista
Terapia del Niño y su familia
Terapia Individual del Adolescente y del Adulto
lic.smriera@yahoo.com.ar
Conocí a una chica que no podía hacer nada de nada daba mucha compasión verla y tristeza. Hasta que dio con una médico naturista y en una regresión fue todo fuera. La primera semana no parecia ni la misma y a las tres semanas recuperó su Vida normal. Para mi fue un milagro. Los médicos de la Seguridad Social hasta la hicieron un vídeo.
ResponderEliminarVi a mas gente que tambien les trató era super eficaz.