domingo, 28 de junio de 2015

La tumba

alixann.wordpress.com
Inmutable, permanece allí, paciente, en una callada espera. Espera su momento, ése, el mismo que no deseamos sea el nuestro: el del –por qué a mí- el del –hasta siempre- el del –nunca te olvidaré- La imagino gozosa, obediente a su hambruna, abriendo su boca, tragándonos. Ella no pide permiso (no es necesario) ella devora. Primero irá por el cuerpo, pero no le alcanzará e insatisfecha, también vendrá por nosotros, y se llevará ilusiones y esperanzas, paseos por la plaza, tardes de mate, mediodías de domingo y asado al sol. Un grito se ahogará en llanto: ella se deleitará con su música. Y cuando esté a punto de cerrar su boca, en un eructo gozoso, repulsivo, nos escupirá, y con él, nos expulsará. –Por un tiempo-, dirá –tan sólo por un tiempo-. Dadivosa, regalará un trozo más de vida. No tiene apuro, ella puede esperar, siempre espera. Puede darnos la chance de no morir con él, no esta vez, total… sabe que tarde o temprano volveremos. Ella, paciente, permanecerá allí (hasta el próximo encuentro) cuando en silencio, vuelva a abrir su boca, y obediente a su hambruna, esta vez, implacable, nos trague.



Stella Maris Riera - Argentina (1958) - Psicoanalista - Contadora de Historias


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