"Los comedores de patatas" Pintura al oleo estilo realista Vincent Van Gogh |
Hace unos años, cuando mis hijas (hoy madres) eran niñas, el
apetito intenso y los bolsillos delgados se hacían sentir. Entonces la
imaginación cobraba vida. Al preparar milanesas (su plato favorito) siempre
sobraba un poco de la preparación del huevo con quesito rallado, ajo y perejil
con la que entre juegos, realidades y risas, pintábamos la carne, que luego sería
empanada y cocida al horno. Casi era un pecado tirar ese poco de huevo batido que
quedaba en el bol, reposando el cansancio que unos minutos antes, le habíamos
hecho sentir entre vuelta y revuelta. En su superficie se formaban grandes ojos y a través de ellos parecía implorar –no vayan a abandonarme, hagan
algo conmigo- Así que mezclábamos pan con leche y lo uníamos a esos restos. Tomando
pequeñas partes, hacíamos bolitas pequeñas que luego de regodearse durante un rato, despanzurradas en el pan rallado, ya cubiertas para enfrentar la lucha, se
dejaban arder, generosas, en el aceite hirviendo. Fue una hermosa época,
colmada de amores tan vivos que la escasez casi pasaba desapercibida. La mesa amplia, con poco, se transformaba en fiesta, y nunca faltaba algún trozo de servilleta cruzado por un palillo, que la abuela Albricias convertía en mástil y vela, al ser
puesto en alguna papa, a la que le cumplíamos su sueño de llegar a ser barco.
Stella Maris Riera. Argentina (1958) - Psicoanalista - Oidora y Contadora de Historias
Un dato de color
Durante el mes de marzo e inicios de abril del año 1885, Van Gogh preparó bosquejos relativos a esta obra. La inició el 13 de abril para dejarla casi terminada a inicios del mes de mayo.
En una carta escrita a su hermana dos años después en París, Van Gogh seguía considerando que Los Comedores de Patatas era su cuadro más exitoso. Expresó: "Lo que creo acerca de mi propio trabajo es que la pintura de los campesinos comiendo patatas que hice en Neunen es, después de todo, lo mejor que he hecho". Sin embargo, esta obra fue criticada por su amigo Anthon van Rappard poco después de haber sido pintada. Esto fue un duro golpe a la confianza de Van Gogh en su calidad de artista emergente, por lo que escribiría a su amigo: "tú... no tienes el derecho a condenar mi trabajo en la forma que lo has hecho" (julio de 1885), y después, "siempre hago lo que aún no puedo hacer con el fin de aprender a cómo hacerlo" (septiembre de 1885).
Tu comentario me interesa. Lo voy a estar esperando. Gracias
ResponderEliminarUna vez más la Lic Stella Riera, con su lenguaje sencillo convierte una anécdota familiar en una historia que conmueve y emociona .
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarGracias @Susy
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