Mi memoria recorta detalles. Me veo en
el asiento trasero del viejo falcon gris. Mientras, delante de mí, él maneja. Sin embargo, ahí estoy yo, sintiéndome grotescamente sola.
El camino se abre. El auto avanza. En la cadencia lenta de la
amargura profunda, el silencio me invade. Las casas se repiten, monótonas, iguales.
Creo no haber visto
nunca un paisaje tan triste...
La incertidumbre colapsó mi calma y el miedo irrumpió en mi
vida, volviéndose eterno.
Tristemente abrumada, soñaba despertarme y soñé con dormirme. La
ausencia, se tornó implacable presencia, el dolor, sufrimiento, el sueño,
desencanto.
En un instante supe de mis brazos vacíos y mi hijo varón
se voló para siempre.
Stella
Maris Riera, Argentina - (1958) - Psicoanalista, Contadora de Historias
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