Sublimar es Sanar |
La espera se vuelve eterna. La madera
crujiente de la vieja silla, lo siente, cuando el sol de la primavera la vuelve tibia. El mar, por momentos atrevido, estira su lengua, sigiloso la
acompaña. La ausencia se colma con sonidos, los aromas del viento impregnan el
ambiente. Mientras tanto, los astros conspiran (intentan sobornar al tiempo). A
lo lejos lo vislumbro y sola lo disfruto: fantaseo con mi pies tocando
apenas la arena de un verano que aún no llegó. En silencio, desvanezco, me hago parte del paisaje. Él no lo sabe, le pertenezco.
Stella Maris Riera, Argentina (1958) Psicoanalista, Contadora de Historias
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